"LA CLOACA DE LA CIVILIZACIÓN"
En su irreprimible compulsión por succionar plusvalía, el capital no respeta sexo ni edad. En los treinta y cua-renta del siglo XIX más de la mitad de quienes trabajan en telares algodoneros ingleses son mujeres y jovencitas, 25% muchachos y solo 25% varones adultos. Y es que las mujeres y los niños son más dóciles y baratos. Así, debido
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